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A partir de la idea que la conciencia es el punto central del trabajo psicológico transpersonal, la decisión de explorarla trae consigo un signo de despertar espiritual.
Es importante entonces ir aprendiendo a ampliar y transformar la propia conciencia. Las transformaciones individuales afectarán directamente a la evolución de la Humanidad.


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Me comprometo a Ser Mujer

venerdì 26 ottobre 2018

Una renovada mirada: recuperar lo confinado


El miedo al misterio, al poder de lo oculto, es un depredador instalado desde pautas jerárquicas culturales que han determinado la ley y la norma excluyendo por completo la Ley de la Naturaleza.

El aporte de los aspectos lógicos y racionales del psiquismo, cuando se degradaron, renunciaron y combatieron  la sacralidad del femenino.
A lo largo del camino en la historia de la humanidad, el auge patriarcal afectó al femenino en su dimensión más profunda.
Dar a luz los propios aspectos degradados y confinados por los valores sociales imperantes es un acto de liberación, valentía y compromiso  con el proceso de individuación.
Integrar la vulnerabilidad es un signo de fortaleza necesaria para accionar desde un nuevo liderazgo no belicoso sino empático e inspirador.
Cuál es el espejo donde se mira la mujer?
Aquél que le devuelve la viva representación de la  Diosa Madre, la esencia sagrada, o el reflejo de una imagen construida por la cultura que sepultó su femenino divino?
El reino de las mujeres es el espejo donde se refleja la energía arquetípica de la Diosa, quien instruye desde la profundidad del océano del inconsciente, a honrar el Amor y la propia integridad.
Cuando estamos en contacto con el alma surge en modo espontáneo la compasión  que permite sentirme  en la piel del otro. Una vivencia compasiva nutre a quienes la experimentan.

Lic.Annamaria Saracco

mercoledì 25 luglio 2018

El Ser Responsable



"Toda curación implica la sustitución del miedo por el amor"
Un curso de Milagros

No siempre resulta fácil o siquiera posible en el marco de la clínica, asociar el concepto de sanación a las energías del amor y, en modo específico, al concepto de evolución de la Conciencia.


El reconocimiento y desarrollo relacionados a la dimensión espiritual de la psique propuesto por la Psicología Transpersonal, abre el camino para redimensionar las acciones cotidianas del ser humano al incorporar, como parte fundamental de su naturaleza, la presencia del Espíritu.


Hablamos con anterioridad de la necesidad que tiene el hombre de conectar con el anhelo del alma; su guía le posibilitará ser conducido hacia la tarea que responde a la intención y finalidad de su encarnación.


Esta tarea asume la característica de sagrada pues es la expresión de la motivación de la Conciencia a experimentar la vida y reencontrarse con lo divino de su origen.


La palabra compromiso generalmente está asociada a la de responsabilidad.
Agregaría la palabra conciencia para completar una imagen integrada de la presencia del alma en una acción en el mundo.


Cuando la personalidad permite que el alma se exprese y sea la guía en todo lo que emprende, esa energía aportada por ella se expresa en una conciencia unificadora que refleja acciones saludables y amorosas donde no hay lugar para el perjuicio ni las desatenciones. 


No hay conciencia de separatividad en las altas energías espirituales. La aparente separatividad es la condición ilusoria del ego que se comporta en modos egoístas y defensivos, siendo éstos indicadores de una conciencia adormecida.

El compromiso de base es el trabajo disciplinado para acceder a este despertar.
La conciencia de unidad se va abriendo paso paulatinamente en el ejercicio cotidiano de responsabilizarnos por nuestras tareas inmediatas y en nuestros vínculos más cercanos. La responsabilidad de la que hablamos es aquella de manifestar las energías pasionales del alma: poner el alma en todo aquello que nos alcance.


Somos pequeños eslabones de una gran red vital y divina que responde a las aportaciones individuales afectando a la totalidad.
Una acción comprometida revela esta conciencia de unidad y entonces la vida toda se sacraliza.
Podemos aportar mayor luminosidad o intervenir para densificar..... esta es nuestra elección.

Lic Annamaria Saracco

Intimidad

Una de las formas más solapadas de violencia es la encarnada por aquellos que, al negar su naturaleza inconsciente, viven disociados y alejados de los procesos que se desarrollan en una zona más profunda de sí mismos.

Este desconocimiento impregna fundamentalmente su modo de relacionarse.


 La distancia que establece para sí mismo es directamente proporcional a la distancia que pondrá en sus vínculos.

 La búsqueda consciente del encuentro consigo mismo, impulsada por las necesidades transformativas,  está negada y por consiguiente  el mecanismo proyectivo inunda sus percepciones.

La cultura patriarcal descuidó los requerimientos del alma en su invitación a recorrer sus territorios en  la necesidad de contactar con otros aspectos de nuestra naturaleza, los que están fuera del alcance ordinario.


Los que sostienen una pauta patriarcal se defienden de la naturaleza femenina que pulsa por manifestarse en un mundo donde el control y el poder y las restricciones ocuparon un amplio espacio.


Entonces este modelo y aquellos que lo encarnan permanecen lo más inconsciente posible de todo efecto de contacto íntimo.

Viven desvitalizados y necesitando nutrirse de la energía de femeninos externos ya que no pueden generarla en el contacto con su anima.
Sus elecciones vinculares, en el caso de hombres, son mujeres con marcadas tendencias masculinas, desde un fuerte  temor al contacto con su femenino interno, aunque cada vez con mayor prontitud esta elección los continúa frustrando.


 La posibilidad de encontrarse con una verdadera energía femenina es necesariamente un desafío puesto por su propia alma.

 Poder entrar en un vínculo que le permita mirarse en su aspecto tan temido es una gran labor. 

Sólo aquellos que puedan sostenerlo podrán iniciar el camino de encuentro con el alma femenina. Si sus mecanismos de control y expulsión prevalecen por sobre esta oportunidad de crecimiento e integración la experiencia se diluye dejándolo en una situación de empobrecimiento psíquico.

Lic. Annamaria Saracco

martedì 6 dicembre 2016

Navegando los mares del psiquismo


 Se sueña para recordar, redescubrir, reconocer, reconectar.


Una vez más lo invisible revela su rostro a miradas conscientes que navegan sus propios sueños en la certeza de capturar alguna señal emitida por sus almas.
La Conciencia se vuelve faro y guía para los valientes exploradores de los mares del psiquismo. Su luz atrae  y dirige sus miradas hacia aquellos lugares que la reclaman.
Siempre hay algo que se ofrece al penetrar un pequeño espacio oscuro, y el regalo es siempre la luz. Parece una paradoja encontrar luz en la oscuridad.

Cuando la luz se posa sobre el oscuro rincón aún desconocido para el mismo aventurero, ese espacio se ilumina. Y toda vez que algo se revela esa revelación es más luz y más conocimiento para quien la recibe.

La Exclusión




Existen palabras que llevan consigo una fuerte carga negativa, la exclusión es una de ellas. Desde la memoria ancestral viene acompañada de la aflicción y el dolor.

Se la asocia casi únicamente a acciones de descarte de parte de otros hacia nosotros extendido a toda situación externa que nos hace a un lado  reactivando viejas heridas de desmerecimiento  y descalificación.

Produce un impacto tal que un yo no tan entrenado puede sucumbir y desorganizarse generando reacciones inadecuadas para una conciencia que busca abrirse paso mediante este desafío.

Si logramos permanecer respirando y sostenernos cuando ocurre esta invitación de crecimiento, comenzaremos a percibir un sutil movimiento de la mirada ...

La exclusión nos tiene como únicos protagonistas toda vez que rechazo y recluyo aquellas partes que decido son peligrosas para la imagen que necesito mostrar hacia el exterior.

El rechazo por aquello que considero inapropiado por no corresponder
a lo esperado  por miradas ajenas.

 La desconsideración en desatender necesidades propias para dar únicamente
 espacio a la instalación de reclamos innecesarios de quienes exigen miradas consentidas.

Por ello recordemos ...

Cuando me alejo del compromiso de conocer y re-conocer mis valores y mis capacidades estoy rehuyendo de mi responsabilidad de ofrecer mi don al servicio de la humanidad.

Cuando niego y reniego de  mi camino de crecimiento me excluyo de toda participación en el peregrinaje compartido con todo ser viviente.

Toda vez que excluyo la Conciencia y me entrego a dormir en la comodidad del desconocimiento excluyo la presencia del alma y la Verdad del Ser.

lunedì 5 dicembre 2016

Sigue adelante ...

Sigue tus pasos pero asegúrate que ellos sigan a tu corazón.



 Apóyate en tu andar y cuida tu caminar. 


Respeta las esperas necesarias que sostendrán una búsqueda consciente. Vigila tu marcha. Libera y extiende tu mirada más allá de la longitud de cada paso.


Explora el camino reconociendo las malezas de las hierbas frescas. 


Unas te invitarán a un descanso innecesario que solo te detendrá en paisajes y sensaciones conocidas que te ofrecerán las mismas experiencias estrechando tus horizontes.


Cuando reconozcas esta invitación sigue adelante. Unos pasos  más y encontrarás la hierba suave esperándote para ofrecerte tu merecido reposo. 


Tu alma se revelará como tu mejor compañía. Y hasta puedes encontrar un reflejo externo de ella en la amorosidad y el cuidado de alguien que escuchó tus pasos.


 Allí estarás protegida y a salvo.


Renovarás tus fuerzas y tu intención se fortalecerá.


 Seguirás recorriendo caminos.


 Nuevos parajes se presentarán. Te resultarán desconocidos y posiblemente quieras evitarlos, pero recuerda que el alma crece en lo nuevo y se conoce en nuevas realidades. Está llamada a crecer y usar otros nombres. Su aspiración es la cima de la montaña sagrada desde donde todo se ve claro y límpido.


 Es la visión de la Verdad.


Recuerd
a que el viaje nocturno es tan necesario como el camino del sol. La misteriosa y oculta luna te enseñará a ver en la penumbra.


 Usarás su arte para diferenciar la espesa negrura contaminada  que encadena, de la  bella oscuridad que se ofrece como un don, aquella que implora buscando luminosidad. La que nos ayudará a crecer para que compartamos un nuevo don con aquellos que estén disponibles a acompañarnos en esta travesía de la evolución consciente.


Lic Annamaria Saracco

domenica 4 dicembre 2016

Redención

Tiempo de desafíos más conscientes. Nuevas oportunidades para redimir nuestra oscuridad y acompañarla amorosamente hacia la luz. Es momento de purificar nuestra psiquis de las impurezas de obsoletos condicionamientos que limitan el despertar de la frescura creativa.

Es hora de rescatar el viejo arquetipo masculino experimentado por siglos de aprendizajes culturales que lo alejaron de su verdadera naturaleza. 
Para la mujer puede resultar atemorizante recuperar lo masculino debido a una larga historia de maltrato que dejó heridas que aún hoy siguen sin sanar.
Clarissa Pinkola Estés define así el animus yendo más allá de la clásica definición: "Se lo puede considerar más bien una fuerza que ayuda a la mujer a exponer sus pensamientos y sentimientos interiores específicamente femeninos de una manera concreta en lugar de hacerlo según un esquema calcado de un desarrollo masculino estándar culturalmente impuesto en una cultura determinada.
Otra manera de interpretarlo podría consistir en imaginar que la Mujer Salvaje, el Yo del alma, es el artista y el animus es el brazo del artista".



En nosotras mujeres este rescate deviene en una nueva mirada compasiva y alentadora hacia nuestro animus.



Una crítica continua y exigente sobre la propia actuación en el mundo, un ataque reiterado a nuestra valía, el socavar permanente los propios talentos e impedir su manifestación, son producto de claras internalizaciones de procesos patriarcales que siguen actuando en el alma de la mujer como heridas que deben ser cicatrizadas bajo la lámpara de cálido aceite de una nueva conciencia.
Una verdadera acción es la de autosostén y cuidado de nuestras creencias, nuestras reales necesidades, nuestros más queridos sueños. Proteger la voz de la intuición por sobre las voces lógicamente legalizadas del pensamiento externo dominante. Custodiando permanentemente el anhelo de nuestra alma como la guía dorada que da sentido al viaje de reencuentro con nuestra intimidad.

Que nuestro animus se encargue de respaldar y exteriorizar a la dulce anima, cáliz de la intuición, la percepción, la sensibilidad, la receptividad, la ternura ...

Esta experiencia consciente nos regalará la sanación de nuestro entorno. 
Se desvanecerán los falsos ideales masculinos representados por hombres que aún no han explorado su interioridad y siguen manifestándose desde falsas imágenes en desuso.
Un hombre muy alejado de su anima se convertirá en atacante y desvalorizador del proceso creativo de una mujer. La creación misma, que proviene del anima femenina, será un reflejo intolerable.
Por el contrario, el trabajo sobre el animus y su articulación con la parte femenina del alma (anima) proveerá a la psiquis de los elementos necesarios para sostener el proceso de desarrollo e individuación y crear vínculos acordes a una nueva realidad energética. Entonces se abrirán paso hombres sinceros que gozosamente están descubriéndose en la intimidad de su propia anima.


Lic.Annamaria Saracco

giovedì 17 novembre 2016

lunedì 14 novembre 2016

Retorno a la sagrada feminidad


“Permitamos que los valores femeninos florezcan en nuestra sociedad a fin de cambiar la mentalidad de las personas. Es indispensable para construir una  paz duradera y  para el futuro de la humanidad.”
Dalai Lama


La Gran Sacerdotisa nos transmite:
 «en el principio no era el verbo,
era el útero de donde surge la vida»

Un renovado acercamiento de la ciencia a lo sagrado revela conocimientos ancestrales ocultos y censurados por una cultura racional y normativa.
Nuestra civilización ha sido patriarcal por tanto tiempo que se han descuidado los requerimientos de la vida misma al sepultar el gran temido y transformador  misterio  femenino  en las sombras de los tiempos.
El femenino oculto pasó a ser entonces su amenaza inconsciente y su gran herida, promoviendo en la mujer el distanciamiento de su esencia original.
 Tiempo y paciencia son necesarios para restablecer los valores de la antigua sabiduría femenina. Participar de esta labor en forma consciente es retomar la vía hacia el reino interior de la psiquis.
El vuelo de su alma será guía, señal y respuesta frente a su súplica cotidiana.


Un camino iniciático
La travesía consciente hacia el alma es un descenso a la tierra del misterio, al mundo invisible para los ojos  de la razón;  la tierra que espera pacientemente ser abrazada y recuperada como encarnación  del sagrado femenino.
La capacidad de contacto con las dimensiones invisibles es un aspecto de la energía femenina.

 La vastedad del océano del Inconsciente  llama de infinitas maneras a descender a lo secreto y misterioso del propio mundo desconocido.
Aceptar la invitación a construir ese espacio de intimidad con un sí consciente es nuestro compromiso a Ser Mujer
La mujer tendrá que aprender a descender a su mundo interno. Una decisión comprometida será su aliada para penetrar en los dominios  más profundos de su psiquismo.

Hay muchos tramos del camino donde la vida nos expone a una abrupta vastedad.
El pasaje resulta una iniciación ya que la densidad que nos  envuelve en el mundo cotidiano tiene que ir aligerándose  hacia un estado de mayor liviandad.
El regreso  al útero de la Gran Madre tiene la morada en profundidades que requieren una elongación progresiva y un grado de extensión que nos permita descubrir la vía del retorno.
Un nuevo camino se abre para quienes atraviesen el mundo subterráneo y se entreguen al proceso alquímico de la transformación.
Resulta un viaje difícil simbolizado por el abrazo del fuego purificador; necesario para disolver  las oscuras sombras de los estereotipos convencionales.
Una iniciación es una profunda experiencia de pasaje a un nivel de  mayor  conocimiento, claridad y descubrimiento. Siempre se desvanece una ilusión.


El encuentro con los depredadores del psiquismo
Enfrentar al depredador es  reconocer  y desafiar cualquier intromisión que obstaculice el proceso iniciático femenino.
Los aspectos socio-culturales y familiares pueden configurarse como depredadores alentando el despliegue de acciones «exitosas» para su mejor posicionamiento en el mundo.

El camino de una supervivencia engañosa la deja en manos del depredador, siendo la seducción y el engaño  sus vías de acceso.
Nuestros aspectos inmaduros e ingenuos desconocen su presencia, pues el depredador actúa desde las sombras del psiquismo, haciendo alianza con un ego herido, maltratado y necesitado.
Si la mujer no se ha iniciado aún en su propio reconocimiento se alejará de su propósito almico.


Peregrinaje interior
La vivencia femenina se experimenta en la quietud y en el reposo de las actividades mundanas.
Cuando la luz se atenúa y la respiración se aquieta un ser silencioso puede proyectarse hacia su interior.
Descendemos a nuestras profundidades sólo cuando  logramos apartarnos de las fascinantes ilusiones que nos  mantienen atrapados. Esta travesía sagrada es necesaria para reconocernos  en otros aspectos  todavía no revelados a nuestro yo consciente.
 Resulta ser un viaje iniciático por los tránsitos  difíciles a ser atravesados.  Este pasaje, por cuanto doloroso y abrumador,  es la garantía de una apertura transformativa.
Como todo proceso iniciático hay algo que tiene que ser entregado y sacrificado a favor del crecimiento y la madurez.
El sacrificio simbólico consciente activa los aspectos heroicos que impulsan el caminar.
La esencia femenina  es la receptividad. Urge permanecer quieta para escuchar la voz de  las entrañas y así tomar la fuerza del misterio de la vida inscripto en esas profundidades.
La imperiosa  necesidad de reconexión con la vida del alma está conduciendo a la mujer  a aminorar el impulso de complacencia frente a las demandas del mundo externo.
Este movimiento automático de salida hacia un exterior generador de estereotipos y automatismos, se ve frustrado cuando ya no se puede contener la expresión del sentir.
Un fuerte estado de tensión promueve su detención dando lugar a un cambio de dirección y sentido. La mujer entonces puede, en este nuevo espacio, empezar a escuchar el llamado de su alma.


Una crisis iniciática
La inmersión en las profundidades  del reino femenino adopta la forma de una crisis, resultando amenazadora, para una sociedad que desconoce los ritos iniciáticos impulsados por el proceso evolutivo de la conciencia.
Una iniciación tiene lugar  cuando un gran movimiento nos sacude y nos lleva inevitablemente a una zona más profunda  e íntima.
El desafío es aceptar este estado de  impotencia, frustración e incertidumbre  que devendrá fuente de un nuevo conocimiento  que en la superficie de la vida es imposible de contactar.
El femenino profundo responde a la voz  de las entrañas que  instruye en todas las formas posibles: sensaciones corporales, intuiciones, sueños, y por  sobre todo, generando espacios de silencio  y  atenta observación a través de la inactividad.

Es  ser  llevada a las profundidades  para luego emerger a un nuevo estado de alerta conciencia  y cuidado para intimar en el mundo.
Resulta ser un pasaje iniciático no expresarse desde los habituales estereotipos reasegurantes,  moldeados por la cultura dominante y adoptar el lenguaje de la tierra del misterio invisible.
 El pasaje de la densidad a la liviandad nos ofrece una expansión  tal que requiere  ejercitarnos en nuevas maneras vinculares.



Los ritos de iniciación femenina sacralizan  y honran los ciclos de la vida.
Las sociedades matricias, se caracterizaban por la conexión a la Madre Naturaleza, a la Madre Tierra, a la Divinidad femenina.
Su reverencia a lo cíclico y a los procesos del orden natural, devino en la valoración  de la vida y los valores femeninos.
Ciertas comunidades que aún hoy se perpetúan  en respetuosos rituales iniciáticos, contrastan con la violenta respuesta cultural imperante en nuestra sociedad.
Las mujeres comprenden mejor de que se trata el ciclo de la vida cuando se acercan a la caricia de la Diosa, a su divina esencia.  Aquellos hombres que entran a contacto con su parte sensible descubren esta caricia en sus propias almas.
El cooperativismo, la reciprocidad, la hermandad como armonía igualitaria, son los recursos del alma femenina como genuinos reflejos del alma de la naturaleza.
La sabiduría ancestral es patrimonio  del arquetipo femenino y las acciones que derivan de ella remiten a los tiempos donde la armonía y la cooperación consciente, las respuestas maternales y afectivas  constituían los valores  de las comunidades que rendían culto a la Gran Madre.
La  integración de estos valores en el mundo de hoy es el desafío del ego patriarcal  en su propio camino iniciático.
La urgente reconexión con los rituales de iniciación, olvidados en las sombras del tiempo,
aunque conservados en lo profundo de la psiquis, rescatará el valor sagrado de los  vínculos de hermandad entre las mujeres.

Una re-unión donde la jerarquía representaba la sabiduría, donde  el reconocimiento de la diversidad estaba sostenido en la hermandad y el bien común fue el modo vincular que caracterizó a las antiguas civilizaciones guiadas por el espíritu femenino.



 “El poder latente de las mujeres unidas es el recurso aún no explotado que la humanidad y el planeta necesita.
Sólo cuando las madres sean fuertes de espíritu, de mente y de cuerpo, habrá posibilidad de que los niños y niñas sean queridos y estén alimentados y a salvo.
Sería posible entonces que, al cabo de varias generaciones, las relaciones entre hombres y mujeres  experimentaran un cambio evolutivo  en beneficio de todos.”
                    Jean Shinoda Bolen: "Mensaje Urgente a las Mujeres"


Una renovada mirada: recuperar lo confinado

El miedo al misterio, al poder de lo oculto, es un depredador instalado desde pautas jerárquicas culturales que han determinado la ley y la norma excluyendo por completo la Ley de la Naturaleza.

El aporte de los aspectos lógicos y racionales del psiquismo, cuando se degradaron, renunciaron y combatieron  la sacralidad del femenino.
A lo largo del camino en la historia de la humanidad, el auge patriarcal afectó al femenino en su dimensión más profunda.
Dar a luz los propios aspectos degradados y confinados por los valores sociales imperantes es un acto de liberación, valentía y compromiso  con el proceso de individuación.
Integrar la vulnerabilidad es un signo de fortaleza necesaria para accionar desde un nuevo liderazgo no belicoso sino empático e inspirador.
Cuál es el espejo donde se mira la mujer?
Aquél que le devuelve la viva representación de la  Diosa Madre, la esencia sagrada, o el reflejo de una imagen construida por la cultura que sepultó su femenino divino?
El reino de las mujeres es el espejo donde se refleja la energía arquetípica de la Diosa, quien instruye desde la profundidad del océano del inconsciente, a honrar el Amor y la propia integridad.
Cuando estamos en contacto con el alma surge en modo espontáneo la compasión  que permite sentirme  en la piel del otro. Una vivencia compasiva nutre a quienes la experimentan.


Honrar la naturaleza femenina
La danza conecta a  la mujer con su sagrada feminidad. Es un modo de celebrar y honrar su sensualidad, su sexualidad y su corporeidad.
Es una vía de sanación al re-evocar la ancestral conexión de los atributos  femeninos con el espíritu de la divinidad.
Las culturas patriarcales provocaron esta desconexión y hoy es imprescindible su restablecimiento y curación.
La música, la danza, y toda expresión artística son poderosas medicinas purificadoras de  cristalizaciones y rigideces que debilitan la fuerza proveniente del corazón.
Las nuevas inspiraciones florecen en  las moradas sagradas del alma y  se vierten en nuestra cotidianeidad  a medida que disolvemos  nuestras durezas.

Fluye como el agua y te  descubrirás  más sabia y amorosa.
Acaricia con dulces palabras cada brote inspirador de una vida nueva.
La sabiduría femenina está contenida en él.


Lic. Annamaria Saracco

lunedì 25 gennaio 2016

PSICOLOGIA TRANSPERSONAL Y AYAHUASCA: Punto sagrado de encuentro. Lic Annamaria Saracco

Perú. Iquitos. Enero 1999. Estoy rodeada de jungla… me encuentro en el corazón de la amazonía peruana formando parte de un reducido grupo de personas reunido en amorosa convivencia desde la más diversa singularidad: pertenecemos a países y lenguas diferentes. 



Argentina, Buenos Aires. A comienzos de los años ‘90 junto a otros profesionales de la psicología, nos reencontramos en la tarea de acercarnos a una comprensión más sensible del ser humano, pues la labor terapéutica no colmaba el ansia de nuestras almas al sentirnos insatisfechos con la limitativa mirada que sustentaba la práctica psicológica.


En las últimas décadas del siglo XX, Occidente recibió la fuerte influencia de la sabiduría oriental y al mismo tiempo, comenzó un proceso de revalorización de la cultura indo- americana, depositaria de un saber profundo. Estos conocimientos modifican absolutamente el enfoque científico y entonces el viejo paradigma se vuelve insuficiente frente a esta nueva realidad.




A partir de los años sesenta, esta irrupción de oriente en occidente dio lugar a un movimiento que culmino en Estados Unidos con el surgimiento de la psicología transpersonal irradiándose posteriormente hacia Sudamérica.

El movimiento transpersonal, que se extendió a todas las disciplinas y se hizo internacional, es una corriente científica que une a individuos de diferentes profesiones y preferencias filosófico-espirituales. La visión transpersonal permitió reconocer que las teorías psicológicas predominantes de la época eran demasiado estrechas para hacer justicia a todo el espectro de la potencialidad humana.
El concepto "transpersonal", que significa más allá de lo personal, fue adoptado para referirse a aquellas experiencias que van mas allá de la individualidad y de la personalidad. Incluye la dimensión espiritual de la psiquis, entendiendo por espiritual a aquel modo de conciencia que busca experienciar la unión con todo lo que existe.
La espiritualidad es reconocida como una dimensión importante de la existencia, estando el ser humano llamado a crecer espiritualmente. En su naturaleza existe esta disposición innata y el desarrollo de esta capacidad lo conducirá finalmente al encuentro con la propia naturaleza divina y a la conciencia de Dios.
Por lo tanto este reconocimiento, como integración del nuevo paradigma transpersonal, es una clara demarcación con las lecturas tradicionales en el campo de psicología.



Iquitos… este momento de mi vida responde al deseo profundo de mi alma de zambullirse en lo desconocido de si misma. No cabe duda de que este entorno es altamente favorable para ello.
La selva cobija en su interior una fuerte energía que impulsa a la conciencia a moverse fuera del ámbito de lo ordinario. “Aquí, frente a los grandes misterios de la vida, en la oscuridad de nosotros mismos, residen los portales a una nueva posibilidad. Aquí está el potencial para la evolución del alma y la inteligencia de la humanidad”, explica el Dr. Richard Moss en su libro “La mariposa negra”.
El silencio profundo de este lugar es el regalo de la madre naturaleza a sus hijos sedientos de paz.
Este estado de comunión permanente con esta maravillosa energía me permite tomar
 conciencia de la necesidad de aprender modos diferentes de funcionamiento. Mi mundo conocido está desapareciendo y todo reviste una expectante novedad.

“Madre Ayahuasca aquí están tus hijos, hoy hemos venido para estar contigo.”



Hace dos años (1997) entré en contacto con el espíritu de la Madre Ayahuasca. Siempre es una nueva experiencia de vida. Es mi primera vez en este lugar tan alejado de la “civilización”
Hoy celebraremos nuevamente la vida. Tomaremos el vino del alma (así la denomina el chamán Orlando Chujandama) en un acto de oración, en un gesto de celebración de la belleza y de la importancia del misterio.

Un ritual chamánico es una oración y una fiesta al mismo tiempo, donde el amor, la energía y el poder discurren como un río desde el cielo hacia la tierra.

                                         Hoy viajaremos a través de la muerte…




Para reencontrarnos con nuestra naturaleza universal debemos atravesar la muerte en vida, la muerte mística, que disuelve nuestra personalidad y nos permite el contacto con el centro mismo de nuestro Ser.
La Madre Ayahuasca nos conecta con este centro, enseñándonos los misterios de la vida y de la muerte, por eso se la llama “la soga de la muerte”.
Los seres humanos estuvimos acompañados por ella desde el principio de los tiempos. Era la bebida obsequiada por los dioses a los primeros indígenas; un brebaje que abre las puertas del misterio donado por la Madre Naturaleza.


Me encuentro frente a una nueva experiencia que moviliza en mí una artillería de resistencias. Me concentro en todas mis sensaciones corporales. Atravesarlas es ya un gran desafío, no me resulta sencillo ser penetrada por ellas. Observo como por momentos me desenfoco para tratar de evitarlas.
El miedo, siempre el miedo antes de beber de este cáliz de la vida.

Voy descubriendo que el valor intrínseco de toda experiencia radica en brindarnos la posibilidad de volvernos creativos y no reactivos en una bendita oportunidad de transformación.
Siento que tengo que transformar mi miedo en entrega, sí, aprender a ir abriéndome a la vida, dejarme penetrar por ella, ejercitarme a vivir desde esta apertura, poder soltar el sufrimiento innecesario creado por esta resistencia a lo desconocido de la vida.
Mi alma crea continuamente estas experiencias para colocarme en situaciones especiales que actúan como trampolín que me impulsa a saltar… a soltarme.
Aquí la magia que ofrece la naturaleza salvaje es la de rasgar cada velo de urbanidad y revelarnos a nosotros mismos en una verdad casi desconocida y por ello insinuadamente amenazante. El ritual sagrado es el Ser que se desnuda a si mismo al simple contacto con las fuerzas de la naturaleza. Sólo me queda, no resistir al despojo de las vestiduras del mundo.


En profunda comunión aceptamos la pócima ofrecida por el chamán.

Voluntariamente son varias las formas en que se puede llevar la conciencia a los planos más sutiles de la realidad. Ciertas sustancias llamadas psicoactivas o psicodélicas tienen este mismo efecto. Las plantas sagradas o enteógenos, como la ayahuasca, se asumen en un contexto ritual. El término “enteógeno”, acuñado por el etnobotánico R. Gordon Wasson se refiere a sentir la presencia de la divinidad sin morada que se experimenta bajo su influencia.
En el campo de la psicología transpersonal el camino delineado de encuentro con nuestra divinidad subyacente asume una modalidad evolutiva.
Como psicología de la conciencia opera desde la necesidad intrínseca de crecimiento de la personalidad hacia el objetivo más elevado de la integridad del Ser.
El trabajo clínico configura el aprendizaje en la expansión de la conciencia. Todos los niveles del ser están comprometidos en esta labor de autoconocimiento gradual, constante y profundo.
El modo de operar del viaje chamánico, con el uso de las plantas sagradas, tiene un punto de encuentro con la cosmovisión transpersonal: la exploración de la conciencia más allá de los límites conocidos.
La meta de este trabajo psicológico es despertar a la conciencia superior y su objetivo fundamental es la auto-trascendencia.
La psicología transpersonal reconoce el potencial humano para experimentar una amplia gama de estados no ordinarios de conciencia, estados que se encuentran más allá del ego.
Según Mc Kenna, el mejor mapa que tenemos de la conciencia, como conocimiento interior, es el mapa chamánico. De acuerdo a este punto de vista el mundo tiene un centro. Cuando vamos a nuestro propio centro, un eje vertical nos permite viajar tanto hacia arriba como hacia abajo.
Hay mundos celestiales, hay mundos infernales hay mundos paradisíacos. Estos son los mundos que se abren en nuestros viajes chamánicos.

…el miedo se acrecienta… beber este liquido amargo resulta muy desagradable.
Lo intento; respiro profundamente para tranquilizarme…. El corazón se acelera de golpe y una creciente lasitud me invade causándome más temor, el proceso de la mareación ha comenzado. Busco desesperadamente identificar sensaciones conocidas.
Me siento presa de una lucha interna que nada tiene que ver con la paz y la entrega.
Hay un punto de claridad en toda esta explosión de sensaciones: si realmente quiero explorar lo desconocido tengo que hacer frente a estos nuevos niveles de energía. Con esfuerzo me concentro en acompasar mi respiración al palpitar de la poderosa energía de la jungla. La respiración se convierte entonces en la guía conductora del viaje. Focalizarme en el ritmo respiratorio me lleva, sin proponérmelo, al encuentro con energías diferentes.


En un viaje de ayahuasca se activan aquellos aspectos que repetimos mecánicamente .El ayahuasca nos lleva directamente al espacio que necesitamos reestructurar de nosotros mismos. A cada uno nos da algo diferente. Ella entra en contacto con los espíritus que saben qué es lo que necesitamos para sanarnos física, psíquica y espiritualmente. No todos pasamos por las mismas vivencias.
De este modo los ayahuasqueros viajamos por tantas realidades y mundos como capacidad tiene nuestra psiquis.
Pablo Amaringo, chamán peruano, explica que la planta tiene en ella un espíritu (se refiere a su alma, a su esencia) que la mantiene viva, que es consciente y todo lo ve.
Después de tomar ayahuasca no se vuelve a ser el mismo. Ella nos muestra otros mundos, otros aspectos de este mismo y nos abre a una nueva visión. Profundiza la experiencia de vivir permitiendo hacer contacto con aspectos todavía ocultos que nos privan de vivir libremente. Aunque el valor mas importante que nos dona es mostrarnos la muerte enseñándonos a morir.
Dijimos que el término ayahuasca en quechua significa soga del ahorcado o del muerto. Está asociado al arquetipo de la iniciación, donde uno atraviesa un puente y renace como ser espiritual.
Viajar a través de la muerte es un instrumento que favorece la sanación y el crecimiento personal. Morir en vida tiene múltiples valores: significa destruir la jaula de la identidad mental construida por el ego y sumergirse en el océano del poder natural que se encuentra más allá de los muros del yo. Destruir los confines del propio ego es en realidad morir a la propia identidad sostenida por la mascara que usamos que esconde la verdadera naturaleza esencial.                           
                                
Silencios humanos… el grito de la naturaleza…. Solo su voz que brota de las entrañas mismas de la tierra se impone a aquel que se dispone a entrar en su templo sagrado silenciándose a si mismo.
La fuerza de la vida nos arroja salvajemente a abrazar la muerte como única posibilidad de renacimiento. La liana sagrada me lleva a sentir mi resistencia en un dolor asfixiante que solo puede redimirse en una verdadera y honesta entrega a querer experimentar la vida desde un estado primitivo, salvaje, natural. Sin disfraces, sin recursos ordenadores ni moderadores, a cara limpia, a corazón abierto, a brazos extendidos.
Con miedo y condicionamiento no puedo estar en comunión con la armonía de la naturaleza viva. Siendo ella a su vez el tester silencioso e implacable de la verdad interior: no tengo opción, o me entrego a su invitación o sufro por mi autoexclusión.

Para la mirada transpersonal la evolución de la humanidad está ligada a las transformaciones de la conciencia, su importancia radica en el aprendizaje en como ampliarla y transformarla. La terminología expansión o ampliación de la conciencia se refiere a su focalización en niveles diferentes al habitual. Es en estados de conciencia expandida cuando la persona logra abarcar plenamente su identidad total: cuerpo – mente – espíritu -universo. La conciencia expandida se hace ilimitada y trasciende tiempo, materia y espacio. 



Según Orlando Chujandama, chamán de la alta selva peruana, Tarapoto, el ayahuasca es la madre de todas las plantas, la más reverenciada y poderosa de toda la amazonía.
Es un elemento indispensable en la forma de vida espiritual de los pueblos de esta región. Ha sido utilizada por siglos como camino para obtener la expansión de la conciencia por los curanderos del Perú. 
Configura un proceso de autodescubrimiento personal y espiritual que continuará por el resto de la vida.

Empiezo a respirar quietud… el aroma intenso que emana de la vida perfora los bloqueos sensoriales adormecidos y apagados por días de rutina que roban espacio a una conciencia vital. Un profundo silencio interior me permite abrirme ahora al acontecer. Este momento me está revelando su eternidad. Puedo penetrar y ser penetrada por esta atemporalidad y siento en una respiración profunda involuntaria una expansión luminosa de todo mi ser. Soy la misma tierra que canta la canción de la vida.

domenica 13 dicembre 2015