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A partir de la idea que la conciencia es el punto central del trabajo psicológico transpersonal, la decisión de explorarla trae consigo un signo de despertar espiritual.
Es importante entonces ir aprendiendo a ampliar y transformar la propia conciencia. Las transformaciones individuales afectarán directamente a la evolución de la Humanidad.


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Me comprometo a Ser Mujer

mercoledì 25 luglio 2018

El Ser Responsable



"Toda curación implica la sustitución del miedo por el amor"
Un curso de Milagros

No siempre resulta fácil o siquiera posible en el marco de la clínica, asociar el concepto de sanación a las energías del amor y, en modo específico, al concepto de evolución de la Conciencia.


El reconocimiento y desarrollo relacionados a la dimensión espiritual de la psique propuesto por la Psicología Transpersonal, abre el camino para redimensionar las acciones cotidianas del ser humano al incorporar, como parte fundamental de su naturaleza, la presencia del Espíritu.


Hablamos con anterioridad de la necesidad que tiene el hombre de conectar con el anhelo del alma; su guía le posibilitará ser conducido hacia la tarea que responde a la intención y finalidad de su encarnación.


Esta tarea asume la característica de sagrada pues es la expresión de la motivación de la Conciencia a experimentar la vida y reencontrarse con lo divino de su origen.


La palabra compromiso generalmente está asociada a la de responsabilidad.
Agregaría la palabra conciencia para completar una imagen integrada de la presencia del alma en una acción en el mundo.


Cuando la personalidad permite que el alma se exprese y sea la guía en todo lo que emprende, esa energía aportada por ella se expresa en una conciencia unificadora que refleja acciones saludables y amorosas donde no hay lugar para el perjuicio ni las desatenciones. 


No hay conciencia de separatividad en las altas energías espirituales. La aparente separatividad es la condición ilusoria del ego que se comporta en modos egoístas y defensivos, siendo éstos indicadores de una conciencia adormecida.

El compromiso de base es el trabajo disciplinado para acceder a este despertar.
La conciencia de unidad se va abriendo paso paulatinamente en el ejercicio cotidiano de responsabilizarnos por nuestras tareas inmediatas y en nuestros vínculos más cercanos. La responsabilidad de la que hablamos es aquella de manifestar las energías pasionales del alma: poner el alma en todo aquello que nos alcance.


Somos pequeños eslabones de una gran red vital y divina que responde a las aportaciones individuales afectando a la totalidad.
Una acción comprometida revela esta conciencia de unidad y entonces la vida toda se sacraliza.
Podemos aportar mayor luminosidad o intervenir para densificar..... esta es nuestra elección.

Lic Annamaria Saracco

Intimidad

Una de las formas más solapadas de violencia es la encarnada por aquellos que, al negar su naturaleza inconsciente, viven disociados y alejados de los procesos que se desarrollan en una zona más profunda de sí mismos.

Este desconocimiento impregna fundamentalmente su modo de relacionarse.


 La distancia que establece para sí mismo es directamente proporcional a la distancia que pondrá en sus vínculos.

 La búsqueda consciente del encuentro consigo mismo, impulsada por las necesidades transformativas,  está negada y por consiguiente  el mecanismo proyectivo inunda sus percepciones.

La cultura patriarcal descuidó los requerimientos del alma en su invitación a recorrer sus territorios en  la necesidad de contactar con otros aspectos de nuestra naturaleza, los que están fuera del alcance ordinario.


Los que sostienen una pauta patriarcal se defienden de la naturaleza femenina que pulsa por manifestarse en un mundo donde el control y el poder y las restricciones ocuparon un amplio espacio.


Entonces este modelo y aquellos que lo encarnan permanecen lo más inconsciente posible de todo efecto de contacto íntimo.

Viven desvitalizados y necesitando nutrirse de la energía de femeninos externos ya que no pueden generarla en el contacto con su anima.
Sus elecciones vinculares, en el caso de hombres, son mujeres con marcadas tendencias masculinas, desde un fuerte  temor al contacto con su femenino interno, aunque cada vez con mayor prontitud esta elección los continúa frustrando.


 La posibilidad de encontrarse con una verdadera energía femenina es necesariamente un desafío puesto por su propia alma.

 Poder entrar en un vínculo que le permita mirarse en su aspecto tan temido es una gran labor. 

Sólo aquellos que puedan sostenerlo podrán iniciar el camino de encuentro con el alma femenina. Si sus mecanismos de control y expulsión prevalecen por sobre esta oportunidad de crecimiento e integración la experiencia se diluye dejándolo en una situación de empobrecimiento psíquico.

Lic. Annamaria Saracco