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A partir de la idea que la conciencia es el punto central del trabajo psicológico transpersonal, la decisión de explorarla trae consigo un signo de despertar espiritual.
Es importante entonces ir aprendiendo a ampliar y transformar la propia conciencia. Las transformaciones individuales afectarán directamente a la evolución de la Humanidad.


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lunedì 29 luglio 2013

Comprensión de las crisis evolutivas. III parte

La mirada Transpersonal


La Psicología Transpersonal conceptualiza a las crisis emocionales como evolutivas, dándole la posibilidad la persona que las atraviesa, de crecer y acceder a un nuevo nivel de conciencia. En ese sentido el psiquiatra checo-americano Stanislav Grof, pionero y fuente nutricia de este nuevo paradigma, define a este tipo de crisis como “emergencias espirituales” y las considera un claro síntoma de un cambio que busca concretarse para provocar un crecimiento y una curación. Lamentablemente muchos profesionales de la salud todavía no aceptan el potencial curativo de estas situaciones críticas o buscan “controlarlas” mediante el uso de farmacología. El “viejo” paradigma no incluye a la espiritualidad como aspecto superior de la psiquis por lo que considera que las vivencias espirituales directas reflejan una perturbación en la persona que las atraviesan.

En los años 60 se produjo un crecimiento en el interés por el alcance potencial de la conciencia humana y por las ideas de Jung, muy adelantadas para su época. El descubrimiento junguiano demostró que la psiquis humana puede acceder a imágenes y motivos universales, arquetipos que pertenecen a un inconsciente colectivo. Además las fuerzas poderosas de las tradiciones místicas descubrieron la necesidad de crear un nuevo modelo de la psiquis donde se contemplen los contenidos de estas experiencias como emergente de lugares profundos de la psiquis no accesibles normalmente.



En ese sentido las investigaciones que Grof desrrolló a lo largo de 30 años sobre los diferentes estados ampliados de conciencia lo llevó a diseñar una nueva cartografía del psiquismo humano, adicionando a los planos personales, los niveles transpersonales: “sentimientos de unidad con el universo entero, visiones e imágenes de tiempos y lugares lejanos, sensaciones de corrientes vibrantes a través de todo el cuerpo; visiones de dioses, En ese sentido, las investigaciones que Grof desarrolló a lo largo de 30 años sobre los semidioses y demonios. Vívidos destellos de luces brillantes con colores del arco iris. Miedo a caer en una locura inminente o también a morir”. Así describe Grof a los estados extraordinarios de conciencia que permiten a quien los transita emerger de estas experiencias con una mayor sensación de bienestar y un mejor funcionamiento en su vida diaria.

Para explicar su postura, Grof hace referencia al ideograma chino de crisis que “representa perfectamente la idea de la emergencia espiritual. Está compuesto de dos signos básicos, unos de ellos significa peligro y el otro oportunidad”. Si bien es difícil, y atravesarla puede producir mucho temor por todo lo que implica, la crisis deber ser considerada como un pasaje de transformación personal donde se acciona una energía sanadora. La compresión de esta situación brinda a la persona la posibilidad de experimentar como natural este proceso a favor de la evolución de la conciencia. No obstante, se requiere una guía experta que acompañe todo el proceso para auspiciar la comprensión de quien lo vivencia y producir así cambios positivos para su vida y emerger hacia una nueva forma de funcionamiento de orden superior.

El síndrome de pánico es un claro ejemplo de una verdadera crisis de emergencia espiritual. En vez de ser tomado como patología, la Psicología Transpersonal lo considera una gran oportunidad para confrontar aspectos nuevos a ser integrados. Durante la crisis la persona se siente “rara”, incómoda, abrumada por emociones intensas, pensamientos extraños. En todos los niveles de su ser experimenta algo diferente: intensidad emocional, cambios en la percepción habitual del mundo, procesos no habituales de pensamiento, alguna afección corporal, que lo llevan a tener experiencias internas inéditas que le resultan difíciles de enfrentar. Se trata de un proceso alarmante y dramático pero fundamentalmente transformador si se lo toma como una experiencia de sanación personal.

Lic. Annamaria Saracco

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